Normalmente yo suelo acusar el cansancio y notar la musculatura dolorida, dos días después de un esfuerzo fuera de lo normal. Y por eso hoy cuando he salido a correr me he notado las piernas duras como mármoles. Si encima le sumamos que hoy corriendo por el paseo marítimo hacía un viento de poniente bastante molesto, pues ya tenemos un día de entreno bastante agónico.
Aún así he podido vencer las ganas de darme media vuelta y de dar descanso a mis maltrechos cuadriceps. Estos días así van bien para curtir el «psyche»: Al final 1h10 y 14kms.
Añadir también que ayer pasé por el agua a sumar otros buenos 2500m en la piscina, que quizás este año la tengo algo más olvidada que de costumbre.
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A mi manera 
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